La oración a través del prisma de la relación

El Padre Nuestro, quizá la oración más conocida de la Iglesia, es la respuesta de Jesús a la petición de los discípulos: "Enséñanos a orar..."

El ancla que Jesús utiliza al comienzo de esta oración se asienta en el fundamento de la relación: una relación declarada con el Padre -nuestro Padre y el Padre de Jesús-. La relación tiene primacía y marca el tono de la oración. Lo que se pide, por qué se pide y cómo se pide están determinados por la relación. Comprender nuestra relación con nuestro Padre Celestial hace que nuestras oraciones apunten en la dirección correcta y ayuda a dar forma a nuestros motivos. La relación en la oración y su significado son profundos. Jesús sacó la relación con el Padre Eterno de un plano místico y la hizo eminentemente práctica.

"Perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a quienes pecan contra nosotros". La reconciliación y el mantenimiento de relaciones sanas a través del perdón son aspectos fundamentales de cómo pensamos y actuamos en relación con nuestra vida de oración y nuestro ministerio de oración. Cómo orar incluye pedir a Dios que nos ayude a trabajar para mantener nuestras relaciones con los demás en el lugar correcto. El mandamiento de Mateo 5:23,24 se convierte en una oración. Considera tus relaciones en tus oraciones... así es cómo orar.

Esta es una oración proactiva, una manera de vivir en un mundo que se ofende fácilmente, una manera de relacionarse en medio de la ruptura. ¿Dónde te invita Jesús a perdonar y a dejar ir una ofensa?

Bud Simon

¿Y si hay algo más en el ministerio de la oración? La oración a nivel personal y comunitario invita al Reino de Dios a cambiar en nosotros mismos y en nuestro mundo.

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