Amistad con Jesús - El fundamento del ministerio de la oración

El ministerio de la oración es mucho más que un conjunto de técnicas o una lista de pasos a seguir. En el fondo, se trata de una relación, en concreto, de amistad con Jesús. Cuando Jesús caminaba con sus discípulos, no se limitaba a darles instrucciones; les invitaba a una conexión profunda y personal. La autoridad para el ministerio de la oración fluye de esta amistad, no de fórmulas o métodos.

Es fácil caer en el error de pensar que un ministerio eficaz consiste en encontrar las palabras adecuadas o en seguir un modelo concreto. Pero Jesús nos lleva continuamente a la relación. Nuestro enfoque pasa de la actuación a la presencia, del esfuerzo a simplemente estar con Él. Esta amistad es la fuente de nuestra autoridad y eficacia en la oración.

Cuando cultivamos nuestra amistad con Cristo, todo cambia. Nuestras oraciones se vuelven más auténticas, nuestra escucha más atenta y nuestro ministerio más compasivo. Nos encontramos en sintonía con la guía del Espíritu, capaces de discernir lo que Dios está haciendo en cada momento. En lugar de confiar en nuestra propia fuerza o experiencia, nos apoyamos en la relación que nos capacita.

Esta base relacional también determina nuestra forma de interactuar con los demás. No nos acercamos a las personas como proyectos, sino como hijos amados de Dios. Nuestras oraciones se basan en el amor, no en la obligación. Escuchamos más de lo que hablamos, tratando de entender y unirnos a lo que Dios ya está haciendo en sus vidas.

Hagamos de la amistad con Jesús nuestro fundamento. En cada acto de oración, demos prioridad a la relación sobre la rutina, a la presencia sobre el rendimiento. Al hacerlo, descubriremos que nuestro ministerio no sólo es más eficaz, sino más alegre y vivificante, para nosotros y para aquellos a quienes servimos.

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Bud Simon

¿Y si hay algo más en el ministerio de la oración? La oración a nivel personal y comunitario invita al Reino de Dios a cambiar en nosotros mismos y en nuestro mundo.

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