Jesús y las Palabras de Conocimiento: Ejemplos bíblicos para el ministerio de la oración

Una característica del ministerio de Jesús fueron las percepciones y conocimientos sobrenaturales que formaban parte de su ministerio. Estas percepciones eran una parte normal de su vida y parecían entenderse como una manifestación divina. La gente a veces se quedaba atónita, sorprendida o incluso confundida por lo que experimentaba en los momentos compartidos con Jesús, pero eso no disminuía el impacto creado por sus percepciones y conocimientos.

Un ejemplo ocurrió en la vida de Natanael (Juan 1). Felipe le contó a Natanael su creencia de que Jesús era el Mesías, pero Natanael se mostró escéptico porque Jesús era de Nazaret, una ciudad de baja estima. Cuando Jesús vio a Natanael por primera vez, antes de que se registrara ninguna presentación entre ellos, Jesús inició una conversación (Juan 1: 45-49):

"Aquí viene un verdadero israelita que siempre es honesto y veraz."
"¿Cómo lo sabes? ¿Nos conocemos de antes?"
"Te vi a la sombra de la higuera antes de que Felipe te invitara aquí."
"¡Maestro, realmente eres el Hijo de Dios y Rey de Israel, tal como dijo Felipe!" 

¿Cómo podemos comprender lo que ocurre en esta situación? Jesús exhibió una palabra de conocimiento, algo que sólo podía saberse a través de la perspicacia divina. Hubo al menos dos razones para que esto sucediera. En primer lugar, para glorificar a Dios, ayudando a Natanael a darse cuenta de que Jesús era el Mesías. Segundo, fue para animar a Natanael y Felipe en su fe. La palabra de conocimiento significaba que Dios estaba obrando en esa reunión. 

Otro ejemplo que vemos en la vida de Jesús es su conversación con la mujer samaritana junto al pozo (Juan 4:16-20). Todo el episodio y la conversación tienen un tono "profético", pero conviene centrarse en el intercambio de opiniones sobre el estado civil de la mujer. Jesús conocía con precisión su historia conyugal y ella lo aceptó como señal de que él era profeta. La palabra de conocimiento amplió la oportunidad de que Cristo compartiera y la ayudó a ser receptiva al Evangelio. 

Una palabra de conocimiento es una revelación de hechos que trata principalmente de lo que existe, presente o pasado, incluyendo conversaciones, acontecimientos históricos y pensamientos. Hoy en día, en la Iglesia, la afirmación de que vamos en la dirección correcta y de que Dios nos ve en nuestras circunstancias actuales siguen siendo razones importantes por las que Dios da palabras que deben compartirse con los demás. Estos ejemplos demuestran que Dios habló a través de Cristo y de otros en las Escrituras como una forma de animar a la gente y atraerla hacia sí. ¿Cómo te impulsa Cristo a compartir y animar a los demás? ¿Hay lugares en los que sentimos un empujón del Espíritu Santo para hablar con sencillez que invite a Su presencia? 

Compartir en Facebook
Bud Simon

¿Y si hay algo más en el ministerio de la oración? La oración a nivel personal y comunitario invita al Reino de Dios a cambiar en nosotros mismos y en nuestro mundo.

Anterior
Anterior

Los dones de la palabra en la Iglesia primitiva: Lecciones de la historia de la conversión de Pablo

Siguiente
Siguiente

Cómo explicó Pedro Pentecostés: Ministerio profético para todos los creyentes