Los dones de la palabra en la Iglesia primitiva: Lecciones de la historia de la conversión de Pablo
Hay otra situación expresada en Hechos 9:1-19 que utiliza los dones de palabras y tiene que ver con la historia de la conversión de Saulo/Pablo. Fue cegado en el camino, oyó la voz de Cristo y entró en la ciudad. Después de unos días, el Señor le habló a Ananías para que fuera a ver a Pablo, le impusiera las manos y sanara su vista. El Señor utilizó una visión para incitar a Ananías a ir a ver a Pablo.
Ananias no solo fue sino que tambien oro para que Pablo fuera lleno del Espiritu Santo, y bautizo a Pablo con agua. El Señor le dio a Ananías conocimiento que no podría haber sido conocido de otra manera y reciprocó eso con una palabra de conocimiento a Pablo concerniente a Ananías.
Esto demuestra cómo los dones de la palabra pueden proporcionar perspicacia, traer convicción y revelar el corazón de Dios de manera poderosa. En la vida de Cristo, tal como se describe en los Evangelios y en la vida de la Iglesia primitiva, una forma de comprobar si las "palabras" procedían de Dios era la prueba de cómo la palabra impulsaba a otros a mirar hacia Dios.
El don de discernimiento es esencial en estas situaciones, ya que permite a los creyentes distinguir la veracidad y el origen de las palabras y las acciones. Los que tienen este don a menudo pueden entender rápidamente la intención de las palabras y si se alinean con lo que Dios revela en las Escrituras. Proporciona la capacidad de desenmascarar a líderes y maestros con motivos equivocados. Este don implica la capacidad de separar lo que es verdadero de lo que es falso, lo que es correcto de lo que es incorrecto.
Estos casos nos ayudan a comprender cómo los dones de palabra en la Iglesia primitiva servían para animar a la gente y atraerla hacia Dios. El principio sigue siendo el mismo hoy en día: los dones de palabra auténticos siempre dirigirán a las personas hacia Cristo y se alinearán con la forma en que el Espíritu Santo actúa en la vida de una persona.
